Dolores de cabeza, insomnio, tensión muscular, afecciones en la piel, problemas digestivos… Cada vez más personas experimentan síntomas físicos que no tienen una causa médica clara.
En muchos casos, el cuerpo está hablando lo que el sujeto no puede poner en palabras.
El estrés no es solo nervios
Desde el psicoanálisis, entendemos que el estrés puede ser una forma de expresión de un malestar más profundo: angustia, emociones reprimidas, duelos no elaborados, conflictos no dichos.
Cuando no hay espacio psíquico para alojar ese dolor, el cuerpo aparece como portavoz.