Sentir una profunda necesidad de afecto y reconocimiento es una aspiración común a todos los seres humanos, pero que entraña un peligro para la estabilidad emocional cuando se vuelve imperiosa.
Puede suceder que cuando una mujer se siente amada por un hombre, tenga la vivencia de ser asfixiada por ese amor, o bien le resulte difícil aceptarlo con sus defectos y virtudes, y tienda a alejarse de él, abriendo el camino a la soledad.
En otros casos, si la relación progresa, puede suceder que por celos la mujer se sienta amenazada por otras mujeres, y que en cada una de ellas vea una posible competidora, lo cual pone en riesgo la relación y abre la posibilidad de la temible soledad.
Muchas veces, esta situación acarrea dificultades para convivir con la pareja, o bien puede perjudicar las relaciones laborales.
¿Cómo lidiar con estas dificultades? Es tarea del psicólogo ayudar a enfrentarlas y resolverlas.
Algunas veces resulta un camino difícil de lograr, el compartir la vida con amigas y con la pareja o bien encontrar al hombre indicado al que poder amar y con el que sentirse amada.
El trabajo terapéutico consistirá en poner en palabras todo este cúmulo de dificultades , y, con la ayuda y contención del psicólogo ir replanteando la forma de relacionarse con los otros, dando lugar a la capacidad de amar.
Licenciada Adriana Lisondo
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